El motor, como todo sistema integrado en un vehículo u otro dispositivo, tiene sus márgenes de funcionamiento y en este caso hablamos de velocidades de marcha, mínimas y máximas que deben ser controladas por la ECU Automotriz.
En el caso específico del control de marcha mínima del motor, este está accionado por el acelerador de vehículo y en particular por lo que se conoce como posicionador y que se encarga de mantener esta marcha bajo determinadas condiciones según las órdenes enviadas a la Computadora Automotriz a través de los sensores instalados a tales efectos.
Este sistema se acciona generalmente por vacío, ya sea para activar este posicionador o para desactivarlo según el fabricante y el modelo del vehículo. Este dispositivo está relacionado de forma directa con el sistema de encendido o ignición del motor, autorizando o impidiendo que el mismo continúe en movimiento cuando se ha dado la orden de que se apague o sea que no siga trabajando con la marcha mínima.
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Aquí aparece el solenoide eléctrico, una autoparte fundamental en este sistema que se activa cuando el motor es encendido extendiendo el émbolo hacia afuera con su correspondiente empuje sobre el mismo acelerador. La Computadora Automotriz controla que este movimiento realice la apertura y que alcance la posición de marcha mínima y por el contrario se da la situación cuando se da la orden de apagado con el mismo interruptor de encendido.
En este instante el solenoide, que es la pieza fundamental del mencionado posicionador, se desactiva y vuelve a su posición original cerrando la placa del acelerador el que a su vez interrumpe la entrada de la mezcla de aire y combustible. La Computadora Automotriz se encarga de controlar en este momento que el motor no siga encendido, cuando la ignición está apagada.
En los casos en que la Computadora Automotriz entrega al usuario del vehículo un mensaje de error en este sistema, este deberá considerar el realizar un diagnóstico lo más pronto posible con técnicos especializados los que pueden detectar el código de falla y repararla.
También puede darse el caso de que la falla no sea en el sistema de marcha mínima del motor sino en la misma Computadora Automotriz y en este caso ésta última impida de cierta forma que el motor trabaje en marcha moderada o que se apague por una inconsistencia en esta unidad de control. En este caso, se deberá considerar el hecho de reparar esta Computadora Automotriz y verificar si vale la pena hacerlo si se encuentra fácilmente la solución a una falla que produce la incongruencia entre los sensores y los actuadores de la misma.
Aquí el mismo técnico deberá evaluar la rentabilidad para él mismo si es que merece la pena esta reparación dado que la falla en la Computadora Automotriz puede ser mucho más difícil de detectar y por ende, de solucionar. Por supuesto que la ventaja de repararla estará directamente en relación con el costo de una nueva unidad la cual en la gran mayoría de los casos, es sumamente costosa.
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